El dicho de que un niño no está mejor ni más seguro que en los brazos de su madre no es del todo cierto, pues no se aplica para la seguridad vial. Y es que en caso de ocurrir un accidente de tránsito, por lo general los niños que viajan en los brazos o en las piernas de los adultos salen disparados por el parabrisas, siendo sus posibilidades de sobrevivir casi nulas.
Según los expertos,
esto se explica porque el peso de un bebé se quintuplica por la
inercia, la velocidad del vehículo y la repentina frenada, resultando
casi imposible, incluso para la persona más fuerte del mundo, retener a
un niño en nuestros brazos en esta situación. De allí la importancia de que los
niños menores de 12 años viajen en la parte posterior del vehículo con
cinturón adecuado para su edad y para los infantes en una silla de bebé
que reúna las condiciones de seguridad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que estos dispositivos reducen la mortalidad de bebés en un 70% y en niños pequeños entre 54% y 80% en caso de accidentes.
Precisa
que en más del 90% de los países con ingresos altos dispone de
legislación nacional sobre uso de sistemas de retención para niños,
mientras que esa proporción en países de ingresos bajos es sólo del 20%.
En tanto, un estudio realizado por el Instituto de Seguridad Vial de la Fundación Mapfre, revela que en Latinoamérica cada año mueren 6.500 menores de 14 años en accidentes de tránsito.
Señala
que en El Salvador, Guatemala, Perú y República Dominicana no existe
legislación específica sobre sillas de seguridad infantiles, mientras
que en otros países como Honduras y Nicaragua, Brasil, Chile, Colombia y
Uruguay le ley sobre esta materia es básica.