Llega el verano y el aire acondicionado, se antoja imprescindible. Uno siempre puede enfriar un poco el auto con algún truco casero,
pero a la hora de la verdad un sistema de climatización en buenas
condiciones es lo único que te salvará del achicharramiento y la
deshidratación cuando estás en ruta.
Un sistema de aire acondicionado es sencillo. A grandes rasgos, se
trata de un gas que circula por unos conductos. Por medio de un proceso
químico se transforma en líquido y enfría el aire que pasa por otros
conductos, antes de llegar frío al habitáculo del coche. Así pues,
cuando el aire no llega lo suficientemente fresco al auto (algo que,
por la ley de Murphy, ocurrirá en verano, solamente puede tratarse de
dos problemas: no hay gas o no llega bien el aire.
Si no remás habitual es que haya habido una pérdida de gas,
producida por el propio uso del aire acondicionado, Recargarlo es fácil
con la maquinaria adecuada… pero no tiene sentido comprarla, así que lo
mejor es acudir a un taller (hay un montón de ofertas en esta época del
año). Allí, además de rellenar el gas, comprobarán que no exista fugas
en el circuito. SI las hay, debe localizarlas y repararlas, y eso sale
algo más caro.
Si no llega bien el aire, puede que algunos de los elementos que
configuran el sistema del aire acondicionado no funcione de forma
adecuada y tendrás que acudir al taller. La única diferencia del
climatizador con el aire acondicionado es que no es necesario manejar la
velocidad del ventilador ni elegir las salidas de aire para mantener
una temperatura estable en el habitáculo: seleccionas unos grados
determinados y listo. Un sistema básico de aire acondicionado es
bastante sencillo.
- Compresor: lo mueve el (que comprime el refrigerante)
- Condensador: Está normalmente montado delante del radiador. Recibe el gas refigerante comprimido, donde se enfría.
- Tanque receptor: Recibe el refrigerante, ya liquado, y lo almacena.
- Válvula de expansión: Atomiza ese refigerante líquido y lo inyecta en el evaporador… el aire que pasa por allí se enfría antes de ser enviado hacia el interior del vehículo.
Cómo cuidar el aire acondicionado de tu auto
Lo mejor para evitar que alguno de estos componentes se estropee es, como en cualquier componente mecánico, evitar usarlo a máximo rendimiento.
Así, conviene que, cuando hace mucho calor, no conectes el aire
acondicionado o climatizador a tope. Es más eficaz, más ecológico y
menos agresivo para el sistema arrancar e iniciar la marcha con las
ventanillas abiertas y conectarlo algo más tarde, cuando la temperatura
interior se iguale con la del exterior.
Conviene también que el aire acondicioando no pase mucho tiempo parado.
Es decir, ponerlo en funcionamiento también en invierno, para que el
compresor arranque. Así los fluidos circularán por el sistema y se
evitarán obstrucciones. Puedes utilizarlo para desempañar los cristales
en invierno, una tarea para la que el aire acondicionado es clave.
Un elemento clave es el filtro de aire del habitáculo.
Se encarga de detener las impurezas, pólen y otros cuerpos extraños
antes de que el aire pase de la calle hacia el habitáculo. Con el paso
del tiempo, acumula polvo, polen, bacterias y otros residuos, de ahí que
los fabricantes recomiendan cambiarlo al menos una vez al año o cada
15.000 kilómetros, o incluso antes si sueles circular por terrenos
sucios.
¿Por qué huele mal el aire acondicionado de mi auto?
Quien más o quien menos habrá subido a algún coche ya entrado en años
y, en el momento en que se conectaba el aire acondicionado, le ha
recibido un olor desagradable.
Ese mal olor procede del propio sistema. A lo largo
del tiempo se ha ido acumulando humedad en los conductos y esa humedad provoca que aparezcan bacterias y moho. Los
sistemas de aire acondicionado se diseñan para minimizar estas
acumulaciones de humedad, pero no siempre se consigue. Se trata de un
lugar cerrado con aires fríos y líquidos, así que no es fácil evitar
esos acúmulos.. que además luego se envían directamente al interior del
habitáculo.
Una forma de prevenirlo es utilizar la calefacción de vez en cuando, para eliminar el exceso de humedad que genera el uso del aire acondicionado en los conductos.
Lo ideal es desmontar el sistema por completo,
para secarlo y limpiarlo bien. Claro eso supone un coste importante de
tiempo (si sabes hacerlo tú mismo) o de dinero (si quieres que lo haga
un taller). La solución más factible está en los purificadores, combaten desde olores corporales a los
que producen los hongos y bacterias en el sistema de aire acondicionado
del vehículo, mediante generadores de ozono o de iones.